miércoles, 27 de abril de 2016

Puertas de ruido: qué son y cómo se utilizan

Las puertas de ruido empezaron a aparecer en los estudios de grabación en los años 70. Allison Research, que después se convirtió en Valley People, fueron los primeros en producir una puerta de ruido para uso comercial en el año 1969, llamada Kepex. Paul Buff, el fundador de Allison Research, la construyó para uso personal en su estudio de grabación –Pal Recording Studios- con el objetivo de combatir la acumulación de ruido causada por el uso de múltiples pistas de cinta a la hora de realizar overdubs.

¿Qué es una puerta de ruido?

Como su nombre implica, una de sus principales funciones es simplemente eso: cerrar o reducir substancialmente el nivel de ruido en un determinado umbral. Por ejemplo: el hiss en un amplificador de guitarra, filtraciones del charles en el canal de la caja (tarola) o la respiración de un cantante en el micrófono.
Pero debemos considerar también que las puertas de ruido, tanto sus versiones en hardware como en software, tienen más aplicaciones que simplemente deshacerse de ruidos no deseados, como alterar el envelope y el tiempo de un sonido para producir ciertos efectos.
La mayoría de las puertas de ruido también son capaces de funcionar como expansores que solo reducen el nivel de los sonidos por debajo de un cierto umbral en lugar de cancelarlos completamente. En realidad, los expansores aumentan el rango dinámico y por lo tanto pueden ser considerados como lo opuesto a un compresor.
Entender el funcionamiento de una puerta de ruido es muy importante debido a que sus controles y parámetros son hasta cierto punto interactivos y se inter-relacionan.

Principales controles de una puerta de ruido

Umbral (Threshold).- Esto establece el nivel en la entrada bajo la cual la puerta se cerrará. Solo la información por encima de este nivel podrá pasar. Como regla general y dependiendo del ataque, reducir el umbral permitirá que el paso de los elementos más silenciosos del sonido sea permitido a través de la puerta.
Ratio.- También conocido como rango. Si ajustamos muy poco el ratio resultará en una pequeña cantidad de expansión, mientras que un ajuste alto provocará que los sonidos por debajo del umbral desaparezcan y queden fuera por completo. Por lo general, un ratio de 10 o más es conocido como "cerrar la puerta", y por debajo como expansión.
Ataque.- El ataque determina la velocidad en la cual la puerta actúa una vez que la señal original ha pasado el umbral.
  • Ataque rápido.- Resulta en un reconocimiento inmediato de la señal entrante si se encuentra por encima del umbral y por lo tanto dejándola pasar.
  • Ataque lento.- Causa que el sonido se incorpore más lentamente.
Decaimiento (Decay).- Este parámetro regula que tan rápido decae este sonido hasta cero, o hasta el nivel de ampliación elegido, después que la señal entrante se encuentre por debajo del umbral.
  • Decadencia rápida.- Significa que la señal decaerá inmediatamente al extremo inferior del rango seleccionado.
  • Decadencia lenta.- Significa que el nivel de la señal decaerá lentamente al nivel inferior.
Hold.- Controla el tiempo que la puerta de ruido permanece abierta antes de cerrarse a la velocidad indicada por la decadencia, una vez que el sonido haya entrado por debajo del umbral. Este parámetro puede ser útil si un sonido fluctúa mucho en nivel, ya que evitará que la puerta de ruido se cierre y abra continuamente (en ambos casos sonará horrible y te volverá loco). Generalmente se debe configurar el hold bastante corto.
El Hold es también el parámetro clave en lo que llamamos “reverb con puerta”. En este caso, el hold gobierna el tiempo que la puerta va a estar abierta, permitiendo que la reverberación siga sonando antes de que la puerta se cierre y la elimine.

Utilizando una puerta de ruido

Si van a utilizar una puerta de ruido para remover algunas características o aspectos de un sonido, lo recomendable es cargar la puerta de ruido como una inserción en la pista de audio individual, incluso si uno está completamente seguro de que se está obteniendo el resultado deseado, ya que si uno graba únicamente la salida de la puerta de ruido –en otras palabras, la señal ya procesada– este proceso no se puede revertir.
Otra opción es grabar las dos señales, tanto la limpia como la que tiene la puerta de ruido ya aplicada, o utilizar la puerta de ruido solo para monitorizar en lugar de como un efecto de grabación.
Obviamente, existen otros métodos para deshacerse de ruido o señales no deseadas como usar un deesser o simplemente hacer un zoom en la pista de audio y recortar la parte del audio que genera problemas. El saber utilizar una puerta de ruido en algunos casos puede ser más rápido y personalizable.
Comúnmente las puertas de ruido son utilizadas para ayudar a aislar los sonidos individuales dentro de un kit de batería, por ejemplo para reducir la cantidad de Hi-Hat (charles) o platillos que percibe el micrófono de la caja.
Aunque esta técnica ya no es tan comúnmente utilizada como lo solía ser en los estudios de grabación, en situaciones en directo sigue siendo tan popular como siempre.

Para grabar también hay que ensayar

Todos los que hemos estado en un grupo de música hemos soñado con hacer giras y grabar discos como los profesionales del sector. Lo que muchas veces no tenemos en cuenta es que para llegar ahí hay que seguir una serie de pasos intermedios. Para muchos estos pasos son desconocidos y otros los conocen pero quieren tomar atajos que les lleven directamente a la fama, lo que considero una imprudencia de la que pocos salen sin cicatrices.
Subida por Guitarrilla
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A nadie se le escapa que grabar un disco no es lo mismo que tocar en un concierto; es verdad, pero a pesar de las diferencias de contexto, en el fondo ambos requieren mucha preparación. Todos tenemos claro que un grupo dedica muchas horas de ensayo antes de salir a un escenario. Sin embargo, es menos extendido entre los músicos que grabar también requiere preparación. Quizás es por esa idea preconcebida de que podemos grabar tantas veces como queramos… pero la realidad es diferente.
Si nunca has grabado, independientemente del instrumento que toques, cuando te escuches te costará reconocerte —igual que cuando oyes tu voz registrada por primera vez: te va a sonar raro—. No puedes sufrir este shock emocional en pleno estudio de grabación, debes estar concienciado de antemano. He aquí cuando nos topamos por primera vez con la necesidad de grabar una maqueta antes de aventurarnos a grabar (y pagar) en un estudio profesional.
Subida por Darki
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Grabar una maqueta es una experiencia que nos aportará una serie de aptitudes en las que no hacemos hincapié cuando nos preparamos para un concierto. En un concierto prima la improvisación, saber escapar de un error con elegancia y discreción. En una grabación impera la perfección. Dicho de otro modo: en un concierto un error se oye una sola vez, pero en una grabación lo vas a oír eternamente. Por eso será normal querer grabar exactamente de una manera concreta, con la afinación correcta, los acentos en las notas apropiadas, y un sinfín de detalles más o menos largo dependiendo del grado de meticulosidad de cada uno.
Subida por Todo Records
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Éste es a la vez un proceso disciplinario: grabar requiere a menudo usar metrónomo, algo a lo que algunos músicos no están habituados. Esto nos ayudará a perfeccionar nuestra técnica de una forma algo más amena que practicar ejercicios de claqueta pura y dura. Cuando trabajas sobre tus propias canciones siempre lo vas a hacer con más ímpetu y dedicación, porque lo tomarás como algo que es tuyo.
El tiempo de grabación de una maqueta puede extenderse a lo largo de meses; no tiene que haber nunca ninguna prisa. La maqueta irá evolucionando a medida que la escuchemos y decidamos hacer cambios y más cambios. Cada nueva versión será un reflejo de nuestras mejoras como músicos; las versiones más nuevas serían algo así como un espejo, y las versiones antiguas un acta, un historial de nuestro trabajo. ¡Estamos tan poco acostumbrados a oírnos! De hacerlo más a menudo mejoraríamos mucho más deprisa, pues nos daríamos cuenta antes de nuestros errores.
Subida por jomagher
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En contraposición con lo que comentaba algunos párrafos atrás, la maqueta nunca va a quedar perfecta, y tenemos que ser conscientes de ello y saber decir basta. Si bien el objetivo es la perfección, ésta es algo inalcanzable. Trataremos de acercarnos lo más posible a ella y detenernos en el momento en que el tiempo y el esfuerzo del que se requiera para mejorar la última versión “casi perfecta” supere nuestras capacidades. Esto es algo muy difícil para aquellos que nos autoexigimos constantemente más y más, pero es una cura de humildad muy sana conocer nuestras carencias del momento, para anotarlas en nuestra lista de puntos a mejorar a medio y largo plazo. También nos ayuda a ser realistas, lo cual nos dará mayor seguridad el día que grabemos en un estudio profesional: saber qué podemos hacer es tan importante como conocer aquello que no.
La posibilidad de ver gráficamente la estructura de un tema también impulsa la creatividad. Será habitual emplear secuenciadores como Cubase o Logic en los que veremos las formas de onda de los instrumentos de nuestra banda y será muchas veces en el secuenciador donde decidiremos añadir un efecto delay a una guitarra en un momento dado, o experimentar con segundas voces doblando la principal a intervalos de terceras o sextas, con lo que completamos más una canción que dábamos por finalizada en un principio.
Subida por Antonio Escobar
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Lo bueno es que hoy en día es muy fácil tener acceso a equipo de home studio; necesitaremos poco más que un ordenador, una mesa de mezclas y una interfaz de audio. Quizás lo más difícil sea conseguir algunos micrófonos para voz, guitarras y batería, pero se pueden alquilar o comprar de segunda mano para dicho propósito si nuestro presupuesto es ajustado.
Cuánto trabajo por una simple maqueta, ¿verdad? Volvamos ahora a nuestro estudio profesional de confianza. Tenemos una maqueta grabada con mucho cariño a lo largo de nueve meses –como si de una gestación se tratara–, se la enseñamos a nuestro técnico y en seguida ve la idea de fondo, en el mismo momento ya sabe qué previos utilizar, cómo microfonearnos y cómo encarar la mezcla. Por otra parte, nosotros ya estamos preparadísimos para grabar; apenas necesitaremos una media de tres tomas por pasaje, lo cual aligera el flujo de trabajo.
Subida por Mirin
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¿Significa esto que si no hacemos maqueta no podemos grabar un disco, que nos saldrá todo mal? Pues no, pero más vale prevenir que curar. Pongámonos en el papel del alumno que entra en clase sin haber hecho los deberes: llegamos a nuestro estudio de confianza con las manos en la cabeza y le explicamos en cinco minutos a nuestro técnico la idea —de la que él debe intuir qué micrófono emplear y qué instrumento es el más importante para mezclarlo apropiadamente a posteriori—. El flujo de trabajo no ayuda: nos encallamos en algunos pasajes por no haberlos practicado con un metrónomo previamente, algunas grabaciones no nos convencen, empiezan a aflorar dudas, cambios en el ritmo improvisados en el momento para que todo encaje bien, etc. Algún tema se queda sin grabar, por lo que tenemos que pagar una sesión de grabación adicional por falta de tiempo. Días más tarde nos llega la primera mezcla; no suena en absoluto como queríamos (no por el aspecto técnico, sino porque no supimos expresarlo el día de la grabación), hay fallos irreparables, le pedimos al técnico que trate de disimularlos y se nos ocurren un sinfín de posibilidades y nuevas ideas que ya es tarde para añadirlas, dado que es la primera vez que nos escuchamos.

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