Introducción
Hemos seleccionado cuatro conocidos mezcladores digitales de gama económica —en la franja de los
2.000 euros— para encararlos unos con otros y descubrir sus características más interesantes. Frente a frente, con todos ustedes...
- Yamaha 01v96i: la actual versión —presentada en 2011— de una pionera en mesas compactas, que lleva desde 1998 en lo más alto del mercado.
- PreSonus StudioLive 16.4.2 AI: la conocimos en 2013, y es la segunda generación de las mesas StudioLive —presentadas en 2008—.
- Allen & Heath Qu-16: contemporánea a la StudioLive 16.4.2 AI —la vimos en la Musikmesse de 2013—, esta mesa proviene de una prestigiosa marca inglesa.
- Behringer X32 Producer: la popular marca alemana revolucionó el mercado de mesas digitales compactas en 2011 gracias a su familia X32.
Diseño y fabricación: esta década y la pasada
Hoy en día vivimos en un mundo de
pantallas táctiles,
y todo parece indicar que en el futuro seguirá esta tendencia. Sin
embargo, de nuestra comparativa, tan sólo la Qu-16 posee esta
característica. En el otro extremo, no podemos pasar por alto que la
pequeña pantalla de la StudioLive-AI no da más información que la de los
ajustes de efectos y sistema, confiando en su gran número de controles
rotatorios para su funcionamiento —siguiendo un poco de esta forma la
filosofía de las mesas analógicas—. En medio, las otras dos opciones de
la comparativa: la pantalla de la 01v96i es algo mejor; es a sólo dos
colores y no es táctil, pero al menos resulta de más ayuda aportando
gráficos. Por último, la X32 Producer aporta una buena pantalla a color,
pero no táctil, colocándose así a caballo entre la Qu-16 y las dos
restantes.
En resumidas cuentas: pantallas pequeñas y limitadas para las mesas
que aparecieron antes de esta década, y pantallas más desarrolladas en
las últimas en llegar.
Este mismo esquema, de mesas de la década pasada y mesas de esta década, se repite en el hecho de que los
potenciómetros
de ganancia de los previos de las más antiguas son manuales, y en las
dos más modernas son de giro infinito —y reajustables mediante escena—.
El hecho de disponer de
memorias internas de
modo que podamos acceder a los ajustes de una mezcla anterior de forma
casi inmediata, es uno de los puntos más fuertes a favor de las mesas
digitales frente a las analógicas. Así, después de una actuación,
podemos acceder a los ajustes de mezcla del siguiente espectáculo de
manera rápida y segura. Pero tanto la 01v96i como la StudioLive nos
obligan a tomar notas sobre la posición de los potenciómetros de
ganancia, y teniendo en cuenta que perfectamente puede haber un rango de
50dBs en un giro 300º, el resultado es que tenemos poca precisión de
rellamada del que probablemente sea el parámetro más importante, el
volumen. Además, la StudioLive no dispone de faders motorizados, lo que
aumenta el problema.
Detalles de la fabricación
Ninguna de ellas es especialmente agraciada al tacto. Se ve que son
mesas fabricadas para dar soluciones y no para disfrutar con ellas.
Conviene llamar la atención sobre los potenciómetros de la Yamaha,
que si bien pueden ser asumibles en mesas de 300€, en una mesa de
2.000€, donde hay que andar rellamando manualmente, sería de agradecer
más perímetro para conseguir más exactitud.
Importante también que la Yamaha no tiene ni salida para alimentar
ninguna lámpara (tampoco la X32 Producer) ni de entrada para Talkback,
lo que unido a su escaso número de previos de micrófono, limita más aun
sus posibilidades.
Punto negativo de nuevo para Yamaha, porque la situación de las
entradas analógicas, provoca que tengamos una maraña de cables a la
vista que resulta muy anti estético, así como más posibilidades de que
les entre polvo con el uso.
Existen otros detalles destacables, como por ejemplo que la salida de
auriculares de la StudioLive y X32, al estar situadas en el canto
frontal, obligan a tenerlo en cuenta a la hora de elegir un flight case.
Tabla comparativa
Os hemos preparado una tabla para que podáis comparar con precisión las especificaciones principales de estas consolas. Podéis
descargarla en formato
Excel o en
ODS.
Analizando su sonido
Para la serie de pruebas se utilizó un convertidor RME UCX, con el
ajuste de FS a +13dBus. A continuación podemos observar su ruido y
distorsión al conectarse en modo lazo su D/A y su A/D:
Allen & Heath Qu-16
Lo primero que vamos a visualizar es el ruido propio de la mesa, para
lo que subimos los faders master a 0dBs, y tomamos captura con todos
los faders de canal bajados. Obtenemos -105dBFs, que corresponden a
-92dBus.
Podemos observar que la fuente de alimentación está muy bien
filtrada, pero aparecen una serie de inducciones muy leves en la zona de
agudos.
A continuación mediremos el THD que presenta la señal al pasar por el
previo de uno de los canales. Reducimos la señal hasta los +3dBus, esto
es, reducimos la señal 10dBs en la salida de nuestra RME.
Se aprecian un segundo y tercer armónico acompañados de armónicos superiores de menor amplitud.
En las mismas condiciones, procedemos a revisar la IMD.
Comprobamos que su IMD es extremadamente baja.
A continuación, procedemos a analizar su compresor. Ajustamos para
comprimir 6dBs, y comenzamos con los ajustes más rápidos. Es destacable
que la relajación mínima sea de 100mSgs, por lo que será el tiempo de
relajación, mientras que el ataque quedará en 0,3mSgs, y el detector lo
ajustamos en modo Peak. Durante toda la prueba, el codo permanece en
modo hard y el Ratio en infinito.
El timbre permanece bastante parecido, pero ya se ve una desviación
de la estructura armónica hacia armónicos de orden más alto. En esta
situación, las curvas temporales de reducción de ganancia son de
carácter muy lineal, y responden de forma muy rápida. Comprobamos que
los tiempos de relajación son un poco más rápidos de lo marcado.
Comprobamos su IMD en este régimen.
De nuevo, la IMD queda muy contenida.
Veremos ahora la incidencia del modo de detección en el
comportamiento del compresor. Para ello, ajustamos el tiempo de ataque a
5mSgs, y el de la relajación a 100mSgs.
Modo Peak.
Modo RMS.
Los cambios en el timbre son mínimos. ¿Qué sucede dinámicamente?
Modo Peak.
Modo RMS.
En modo RMS los tiempos son más lentos —sobre todo en la relajación,
al acercarse a los 500mSgs— y las formas de las curvas se vuelven más
parabólicas y exponenciales, causando unos cambios de volumen más
graduales en el sonido.
El compresor tiene un modo interesante, que puede funcionar muy bien
con señales con envolvente irregular. Se trata del modo Slox Opto, que
simula las curvas de un Teletronix LA2A. Veamos como su timbre permanece
muy similar, y no se aprecia ningún modelado a partir de las unidades
de hardware.
Sus tiempos de respuesta sin embargo, si que presentan una similitud aceptable.
Decidimos hacer una última prueba, esta vez sobre su sección de
ecualización, para ver si la curva que indica en la pantalla se
asemeja a la real. Esta es una captura de la pantalla de la Qu-16.
Y esto es lo que revela nuestro analizador.
Las curvas parecen muy similares, aunque la representación en pantalla es algo más lineal.
Behringer X32 Producer
Iniciamos su análisis midiendo el ruido propio de la mesa, tal y como hicimos con la Qu-16.
En esta ocasión no se aprecia inducción alguna, aunque el ruido global es unos 5dBs más alto que la Qu-16.
Continuamos con el análisis de los previos de micrófono. La distorsión generada al pasar una señal simple:
Y su IMD.
En el primer gráfico podemos ver que los armónicos predominantes son
los impares, con una amplitud bastante fuerte del 5º armónico. El IMD es
más alto que en la Qu-16.
Proseguimos con el compresor.
Ataque: 0Sg, mínimo.
Hold: 0,02Sg, mínimo.
Relajación:5mSgs, mínimo.
Detector: Peak
La estructura armónica que aparece es exclusivamente de armónicos
impares, y presenta una tipología muy alargada, haciendo que la senoide
se parezca un poco a una onda cuadrada. En estas condiciones, el
compresor actúa muy rápidamente —de hecho, mucho más rápidamente que en
la Qu-16, pero no lo suficiente como para ser utilizado como limitador
brickwall—.
Como podemos ver, el primer semiciclo escapa de la actuación del
compresor. En esta situación la IMD es muy elevada, tanto en amplitud
como en cantidad de nuevas senoides generadas.
Pasamos ahora a ver qué sucede cuando cambiamos el detector a RMS.
La distorsión se reduce en gran medida y aparece un poco el segundo
armónico. Esto es debido a que ahora los tiempos de actuación son más
lentos, sobre todo en el ataque, produciendo cambios en el volumen más
lentos.
Aun así, sigue siendo un compresor muy rápido. Veamos qué sucede
cuando el compresor actúa con unos tiempos más comunes, por ejemplo:
Ataque: 5mSg
Hold:1mSg
Relajación:28mSgs
Detector: Peak
No hay grandes cambios en la estructura, y los que hay muestran una
situación más estable, con un decaimiento de los armónicos más regular.
Los tiempos aumentan, sobre todo en la relajación, que se aproxima a
los 100mSgs para liberar el 100% de la reducción de ganancia.
Por último, procedemos a revisar las curvas de la ecualización.
Frec: 1020Hz
Q: 0,7
Gain: -6dBs
Y la curva real queda de esta forma:
Presonus StudioLive 16.4.2 AI
Al igual que con las otras mesas, comenzamos midiendo su ruido residual.
Podemos comprobar que su nivel de ruido se acerca a los -102dBFs, que
significan (debido a que nuestro FS está a +13dBus) unos 89dBus.
Encontramos una inducción en la zona de los 12KHz, pero dado que se
mantiene por debajo de los -105dBFs, no nos parece demasiado
preocupante. Además, es probable que esta inducción sea específica de
esta unidad.
Sin embargo, a modo de apunte, debemos tener en cuenta que en las
curvas de Fletcher y Munson se puede apreciar un repunte de la
sensibilidad justo en esa zona. Y es que a bajo volumen, el oído es,
curiosamente, menos sensible a 10KHz que a 12KHz. La zona de 12KHz puede
equivaler a unos 7KHz, o a unos 200Hz. Mal sitio pues para tener una
inducción.
Procedemos a analizar la distorsión de los previos introduciendo una senoide a +3dBus.
Estupenda estructura armónica, y como podemos ver a continuación, una IMD muy contenida.
Comenzamos ahora con con su compresor. Aquí podemos verlo funcionando
con sus tiempos al mínimo y Ratio al máximo. Ataque 0,2mSgs, relajación
40mSgs.
Podemos observar una pequeña sobrecompresión en el proceso de
estabilización del ataque, así como una importante cantidad de
interarmónicos. Los tiempos de actuación son muy rápidos, tanto en el
ataque como en la relajación, y la IMD alcanza valores muy altos. Este
régimen de trabajo solo debería utilizarse o con fines creativos, o para
procesos muy puntuales, y preferentemente no en voces.
Aumentemos un poco los tiempos de respuesta del ataque hasta
llevarlos a un régimen más respetuoso con la señal. Ataque 5mSgs,
relajación al mínimo.
Tal y como era de esperar, la distorsión se reduce, y a excepción de
unos interarmónicos muy próximos a la señal original —seguramente
causados por aliasing—, la estructura armónica que aparece es casi
completamente nula. Hay que recordar que ese segundo y tercer
armónico ya aparecen sin comprimir debido a la huella del previo de
micro. Por otro lado, la sobre-compresión ha desaparecido, y la IMD se
ha reducido hasta valores aceptables.
Hasta ahora hemos visto al compresor trabajar casi tal y como lo
haría un limitador, veamos ahora que qué sucede si lo llevamos tiempos
más propios de un compresor como tal. Ataque 10mSgs, relajación 100mSgs.
Nada extraño; curvas más suaves y sonido más limpio. Tan solo cabe
destacar que la relajación es algo más rápida de lo anunciado.
Pasemos a la sección de ecualización. Procedemos a comprobar qué
sucede con el filtro “High Mid” reduciendo 6dBs a 960Hz, que es la
frecuencia más próxima a 1Khz, y con el botón de Hi Q activado.
Probamos ahora desactivar el Hi Q, buscando una curva más ancha.
Y nos encontramos con la sorpresa de que la curva no varía. Para
comprobar si tal vez solo funciona con ecualización aditiva, procedemos a
aplicar 6dBs e aumento sobre la misma frecuencia.
Hi Q
Lo Q
De nuevo, las curvas se asemejan demasiado, por lo que comenzamos a
dudar... tal vez el botón esté estropeado... ¡vaya! Para salir de dudas,
cambiamos de filtro, nos vamos al de “Low Mid”, y realizamos la prueba
sobre la frecuencia de 225Hz.
Hi Q
Lo Q
Pues de nuevo no hay cambios, o al menos no se aprecian.
Yamaha 01v96i
Ruido de fondo con todos los canales silenciados y el master fader a 0dBs. -105dBFs (-92dBus).
A continuación pasamos por la mesa una senoide de 1KHz utilizando un
canal con previo de micrófono. El resto de canales permanecen
silenciados. Nivel de salida de la 01v96i, +13dBus.
Podemos observar un timbre my limpio. Su estructura armónica no es la
que más me seduce, pero hay que tener en cuenta que se quedan por
debajo de -95dBFs.
En estas mismas condiciones, introducimos otra senoide de 1220Hz y
ajustamos niveles hasta obtener los mismos valores, de modo que podamos
analizar su distorsión por intermodulación.
Extremadamente limpio. Debemos recordar que esta señal pasa por los
convertidores de la RME, los de la Yamaha, y por el previo de micrófono
de la 01v96i.
A continuación, procedemos a comprimir 6dBs la senoide de
1KHz. Ataque y relajación al mínimo. Ratio al máximo y codo duro.
Primero su estructura armónica y debajo sus curvas dinámicas al
comprimir durante 1Sg.
Los tiempos de actuación son muy rápidos, reduciendo desde el primer
semiciclo, y con apenas unos pocos mSgs de relajación, pero el compresor
actúa de modo inestable, cambiando en gran medida el sonido. Podemos
corroborarlo si en lugar de una senoide introducimos dos, una a 1KHz y
otra a 1220Hz.
Ahora ajustamos los tiempos a 5mSgs de ataque y 29mSgs de relajación.
Como cabía esperar, con tiempos más lentos el compresor actúa de forma más estable, y por consiguiente, más limpiamente.
Retiramos las senoides e introducimos un tono de barrido al que
aplicamos un filtro de ecualización, con los siguientes ajustes: 1KHz, Q
0,7 y -6dBs de ganancia. Esto muestra la pantalla:
Esto es lo que sucede:
Resumen de las pruebas
Hacemos una breve recapitulación de lo analizado.
- Allen & Heath Qu-16: es la más silenciosa y tiene el compresor más lento.
- Behringer X32 Producer: es la más ruidosa, pero suompresor es casi tan rápido como el de la Yamaha 01v96i.
- PreSonus StudioLive 16.4.2 AI: casi tan
ruidosa como la X32, pero tiene los previos que más nos han gustado.
Dispone de compresor con sobre-compresión al estilo óptico-variable con
tiempos al mínimo. Su ecualización es muy limitada, tanto por el número
de frecuencias de corte como por la capacidad de control del ancho de
banda.
- Yamaha 01v96i: casi tan silenciosa como
la Qu-16. Tiene los previos más limpios de la comparativa y el compresor
más rápido, aunque con un sonido muy “bruto” en ese régimen.
Alternativas
Estas mismas cuatro marcas ofrecen ya una serie de alternativas muy
interesantes a las cuatro mesas analizadas, y en parecida gama de
precios.
Allen & Heath dispone de la
QU-PAC —un poco por debajo en gama—, con 16 previos y tan sólo 6,6 Kg de
peso, gracias a su formato rack. Un poco más arriba, compitiendo con la
Behringer X32, está la Qu-24, la hermana mayor de la Qu-16, que dispone
de 24 previos de micrófono. Algo más arriba todavía está la Qu-32.
Behringer, por su parte, también comienza
—para la gama de precios analizada— con un mezclador en rack: el X32
Rack, de 16 previos y 6,5 Kg. Continúa con la X32 Producer analizada
aquí, y sigue con la X32 Compact para terminar con el tope de gama, la
X32.
Presonus hace lo propio con otro mezclador
en formato rack, el RM16AI —cómo no, de 16 previos—. Es algo más pesada
que sus competidoras, pues se va a unos 8,7 Kg. Sigue con la RM32AI, la
24.4.2.AI en formato mixer, y termina con la 32.4.2AI.
Yamaha sin embargo siempre ha ofrecido una
menor gama de productos, lo que le ha llevado a presentar este año la
TF-1, un mezclador de 16 previos, 16 buses de salida y muy compacto. La
gama continúa con la TF-3, de 24 previos, y la TF-5, de 32.
Desde
otras marcas, las opciones son
también muchas: Phonic, Tascam, Soundcraft, QSC, Line6, Mackie, Roland e
incluso la misma Midas ofrecen sus alternativas. Os hemos preparado
una tabla para que podáis compararlas en detalle, que de nuevo podéis descargar en
Excel o en
ODS.
¿Y ahora qué? ¿Hacia donde vamos?
Es tanta la pugna que hay en este segmento, que incluso
el formato consola/mezclador en sí parece estar en evolución.
En una era en la que la mayor parte de los profesionales del sonido
disponemos de un iPad o un teléfono inteligente de gama alta, parece
bastante lógico sopesar la opción de convertir al mezclador en una
unidad rack y hacer que las pantallas táctiles de nuestros dispositivos
móviles sean los interfaces, dado que si bien es necesario mantener la
latencia del sonido bajo mínimos, un retardo en las órdenes de los
ajustes resulta más tolerable. Es decir, no es viable un mezclador con
10mSgs de retardo en el sonido entre sus entradas y salidas, pero sí que
lo es un mezclador que responda a nuestras órdenes con ese retardo, e
incluso más.
Las nuevas tecnologías de conexión entre dispositivos nos abren la posibilidad de soñar incluso con
mezclar un espectáculo desde nuestro propio estudio,
a decenas o incluso miles de kilómetros de distancia. Solo necesitamos
que el procesador esté situado cerca del evento, y asumir un cierto
retraso en las órdenes, igual que sucede con los drones aeronáuticos. El
dispositivo ejecutor in situ, el ordenante en cualquier parte.
Tales son las posibilidades, que se me antoja que el formato de
consola en los mezcladores digitales de gama baja-media pueda ser algo
pasajero, tal y como lo fue el minidisc, el disquete o incluso el CD. Ya
veremos.
Pero además, al igual que están sucediendo cambios sorprendentes con
los formatos de registro de audio —me refiero al resurgir del vinilo y
el cassette—, puede haber en los próximos años
movimientos inesperados en el mundo de los mezcladores, debidos a la complejidad de los comportamientos humanos.
Imagino pues un escenario en el que haya una
variedad muy grande de formatos de máquinas mezcladoras, y entre ellos, estos podrían ser los más demandados:
- Un procesador en formato rack controlado por una pantalla táctil
a través de una red inalámbrica, ofreciendo un sistema ligero,
eficiente y económico.
- Grandes mesas digitales para eventos más pudientes. Todas las soluciones en una máquina con una interfaz desarrollada.
- Consolas analógicas de toda la vida, ofreciendo acceso inmediato a
todas las funciones y ayudadas por herramientas digitales de procesado y
análisis con pantallas de control táctil, en un sistema más caro, más
pesado y más complejo de montar, pero más creativo y abierto a los
intereses de cada técnico.
Y es que recuerdo cuando a finales de los 90 me enfrentaba al cambio que suponía el
paso a las mesas digitales.
Y recuerdo también las grandes ventajas que esgrimían: la capacidad de
guardar las mezclas —algo importantísimo en conciertos con más de una
banda—, el tamaño reducido y montaje mínimo.
En respuesta a estos argumentos de entonces diría que hoy en día, con
la evolución de las cámaras digitales, es mucho más fácil re-llamar una
mezcla en un sistema analógico de lo que lo era hace 20 años, por lo
que la primera razón ha perdido parte de su fuerza, y estoy convencido
de que las grandes dimensiones y pesos en los sistemas analógicos —unido
a los tediosos conexionados— son y serán todavía más optimizables de lo
que lo eran entonces.
En la actual situación que conocemos de reducción en los presupuestos
de eventos, es difícil pensar en una vuelta a estos sistemas
analógicos. Pero es de esperar que esta situación económica no perdure
para siempre, y volvamos a ver producciones con más medios y con
controles analógico-digitales. Y es que, al igual que la mayor parte de
los bateristas siguen tocando con tambores y no con módulos y pads, al
igual que los saxofonistas siguen tocando con saxofones y no con
controladores MIDI, al igual que los pianistas —cuando pueden— tocan con
pianos y no con teclados, a mi parecer, cualquier técnico mínimamente
refinado,
debería preferir una mesa analógica de gama alta antes de cualquier controlador digital.
Conclusiones
Como siempre, cada producto tiene una razón de ser, y es que si
hubiera un producto mucho mejor que los demás, con el tiempo se quedaría
solo en el mercado. Así pues, y dada la complejidad de este artículo,
prefiero realizar un breve resumen y
que cada uno decida si alguna de estas mesas se adecúa a sus necesidades o no, y cuál lo hace en mayor medida.
Allen & Heath Qu-16
Sus puntos fuertes son su pantalla táctil, que permite una
interacción muy fluida ayudada por sus 20 botones giratorios y su tamaño
reducido. Como punto negativo, la arquitectura cerrada que no permite
expansiones, y su precio.
Behringer X32 Producer
Sus capacidades de ampliación son muy potentes gracias a las tarjetas
de expansión, aunque el sonido de sus previos son probablemente los que
menos me han gustado y su ruido de fondo es el más alto de la
comparativa. Buen control de lo que se está haciendo gracias a su
pantalla de color y sus 18 botones giratorios. Muchos efectos —que no
hemos probado— y el menor precio de la comparativa, también son razones
de peso a su favor.
PreSonus StudioLive 16.4.2 AI
Con la pantalla más reducida, esta mesa está pensada para usarse casi
como una mesa analógica, gracias a sus 51 botones giratorios. Es la más
ligera de la comparativa y dispone de los previos de micro que más nos
han gustado de las cuatro mesas analizadas.
Como factores desfavorables, su limitada pantalla, el control manual
de los previos de micrófono, un procesado de audio que no está a la
altura de las demás, y la ausencia de efectos más allá de la reverb y el
delay.
Yamaha 01v96i
La que menos previos tiene, y la más veterana —razón por la cual se
ha convertido en una referencia—. Junto con la 16.4.2 AI, no dispone de
control digital de los previos de micrófono, y sus controles de los
previos son muy pequeños. Pantalla pequeña y 24 botones giratorios que
necesitan de un gran dial para agilizar las operaciones.
La cara positiva es que es la más manejable, sus capacidades de
ampliación son muy potentes gracias a las tarjetas de expansión, es la
más silenciosa del grupo, y la de sonido más limpio, aunque con un
ligero toque nasal o a plástico.
Sobre mesas compactas en general
Para finalizar, diré que a mi entender, este tipo de producto —el
mezclador digital compacto— es altamente recomendable para grupos
profesionales de verbena o bodas, preferiblemente que dispongan de
técnico, o para empresas de sonido de espectáculos que requieran de
rapidez de montaje y poco volumen para dar servicio a los actos
secundarios. No lo veo para estudios de grabación, pues su procesado de
audio no está a la altura ni de los plugins más refinados ni por
supuesto del hardware selecto. Tampoco lo veo para grupos de música de
aficionados o principiantes, pues pueden ser complejas de utilizar.
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